viernes, 18 de enero de 2008

Los Niños frente a la Computadora e Internet


La gran mayoría de los papás que tiene a sus hijos en un Jardín de Infancia hoy, son los niños que tuvieron como principal influencia a la televisión, ayer. Pero la nueva maravilla moderna, punto de interminables debates en la actualidad, es la computadora.

Con una mayor cantidad de aristas, la computadora y su caracter de nexo con Internet, la hacen un objeto sobre el cual debemos establecer mayores cuidados y reglas, pues su efecto adictivo es muy fuerte; mucho más de lo que fue la televisión.

En cuanto a la edad, no es aconsejable que un pequeño se inicie en el mundo de la computación antes de los 3 años. La razón es que a esta edad ellos tiene otras necesidades que las computadoras no pueden (o no deben) satisfacer, como caminar, hablar, socializarse, etc. Esta es además una edad en la que los niños aprenden a través del cuerpo, de la mirada, de su capacidad auditiva y motora. Su habilidad para interactuar con los adultos, con otros niños, con sus juguetes y en general con su entorno son parte del proceso de aprendizaje para lograr su desarrollo integral.

Las computadoras no encajan aun en este proceso. Pero pasada esta edad, especialmente desde los 4 años, los niños ya tienen el desarrollo mental suficiente como para explorar las infinitas alternativas que les brinda esta tecnología, siempre con mesura.

Igual que nos pasó con la televisión, la "compu" puede ser una herramienta útil para el niño si la manejamos adecuadamente y con moderación. Entre sus beneficios se reconoce que:
  • Aumenta el razonamiento matemático.
  • Incentiva la creatividad.
  • Desarrolla habilidades no verbales (inteligencia, memoria, coordinación óculo-manual, abstracción y conceptualización).

A pesar de estos beneficios, a los cuales los niños accederán adecuadamente si se establecen los parámetros correctos, la computadora jamás será reemplazo de las necesidades interactivas y de socializacion de los pequeños. Los niños necesitan el aire libre, el contacto y la experimentación del mundo con sus propios sentidos.

Activar Internet en la computadora, dependerá de lo preparados que estemos para ejercer una función de asesoría y compañía constante, pues hay infinidad de contenidos útiles, pero también los hay dañinos. Ejerciendo una correcta supervisión, navegar por Internet puede ser una experiencia familiar valiosa, pues cada tema que vaya apareciendo dará pie al intercambio de opiniones. Para una mayor seguridad, infórmate sobre los recursos de vetado y censura de los espacios en la red.

Al igual que la televisión, la computadora necesita ocupar un tiempo limitado definido en horarios. Los especialistas recomiendan algunos rangos, de acuerdo con la edad del niño:

  • Entre 3 y 7 años: 1 hora como máximo, no más de 3 veces por semana.
  • Entre 8 y 12 años: El mismo tiempo para los juegos (de preferencia educativos), y un poco más sólo en caso de usarse para tareas e investigación escolar.

Durante la sesión, es igualmente recomendable apagar o retirarse de la computadora cada cierto tiempo (cada 30 minutos aproximadamente, por 15 o 30 minutos) para que el niño tome aire, salga a jugar, bailar, cantar, inventar historias, explorar, etc. Es decir, todo lo que un niño haría si no existiese el aparato.

Se recomienda, en general, seleccionar páginas web que fomenten valores sociales. Para niños de 3 a 5 años, los programas que incentiven la creatividad, habilidades del lenguaje, alfabetización temprana y resolución de problemas. Evita los que presenten mensajes violentos. Luego de cada sesión, es bueno aplicar lo visto en los juegos de la vida real, a través de juegos.

Nunca se debe dejar a los niños solos frente a la computadora. Es necesario estar ahí, pero no diciéndole siempre lo que debe hacer, sino simplemente estando disponibles, en caso requieran ayuda.

Si fuera posible, recomendaríamos apartar a los niños de la computadora de forma total. Pero esto podría ser contraproducente pues, tarde o temprano, el pequeño tendría acceso a ella, incluso a escondidas de sus padres, lo cual lo expondría directamente a contenidos violentos y deformadores que es necesario evitar. Además, el desconocimiento de su naturaleza pondría en desventaja competitiva al futuro profesional. Lo mejor entonces es la aceptación de esta realidad y su regulación conciente y responsable.


tomado del blog: My Kinder

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