El día del maestro,
como me gusta llamarlo, es una festividad que se celebra en honor a todos los
profesionales docentes que día a día dedicamos parte de
sus vidas a la enseñanza de valores y a hacer de puente para la adquisición de
conocimientos a los niños y niñas que diariamente
asisten a sus clases.
No dejamos de escuchar en los medios
los problemas que aquejan a la educación: fracaso escolar, PISA, recortes,
huelgas, etc, y en medio de todo ello los maestros y maestras puestos en el
punto de mira y con el estigma de “parecer culpables”. ¿Culpables de qué?… ¿de
todo?.
- - De
que NO tengamos un sistema educativo que esté por encima del partido político
de turno, y poniendo al alumno por encima de todos los demás condicionantes.
- - De
que el concepto de Familia haya cambiado, unas veces por necesidad laboral y
otras por dejadez, lo cierto es que los niños pasan cada vez menos tiempo con
sus padres.
- . De que la Sociedad, bombardeada por
una cultura de la imagen, del consumismo; por la ley del “todo vale” y “del mínimo esfuerzo”; por la divulgación indiscriminada de contravalores
como: la falta honestidad, la arrogancia, el odio, la falta
de respeto, la irresponsabilidad, la intolerancia social, etc. a cualquier hora, preferentemente en horario
infantil, porque hay que echar por tierra lo antes posible los valores que
tanto contó a
nuestros padres inculcarnos.
Señores, la responsabilidad y el
trabajo de educar a los niños es de todos: familia, docentes y sociedad, de
manera cooperativa y coordina. Cada uno debe tomar las riendas de su
responsabilidad y dejar de tirar balones fuera haciendo dejación de sus
funciones. No es fácil, ya lo sé, nadie ha dicho que lo fuera:
- -Para
los padres, conciliar vida familiar y laboral con los tiempos que corren, se
hace muy difícil, máxime cuando los niños no vienen con manual de
instrucciones y los valores y paradigmas sociales se vuelven en nuestra contra.
- -Para
los docentes, con ratios de alumnos muy superiores a los números que manejan
las “potencias educativas” que copan los primeros puestos en el informe PISA y
que año tas año nos sacan lo colores.-
- - Para
una sociedad que bastante tiene con procurar llegar a fin de mes y que no
levanta la voz contra el bombardeo de ideas supuestamente modernas que de tanto
oírlas repetidas entran a formar parte de “verdades absolutas” sin necesidad de
ser validadas.
Señores legisladores, asuman el reto de
crear un sistema educativo del siglo XXI que responda a las necesidades de
niños y jóvenes que más pronto que tarde tendrán que conducir este país:
- Un
sistema moderno en todas sus aristas. No es coherente que sigamos enseñando con
métodos, horarios y medios del siglo XIX a niños y jóvenes del siglo XXI.
- Un
sistema que recompense el esfuerzo personal, que dé respuesta a las
dificultades de aprendizaje, que sea flexible en los agrupamientos, que permita
tomar medidas desde el momento que se detectan las dificultades individuales y
que no esté encorsetado en un sinfín de decretos y normativas creadas a modo de parche para solventar problemas
puntuales sin la perspectiva de un ley global, etc.
- Un
sistema que enseñe a pensar y a ser crítico desde el respeto a las ideas
contrarias. Que cree ciudadanos activos y comprometidos con la sociedad capaces
de poner en jaque principios decimonónicos con el fin de mejorarlos.
- Un
sistema que enseñe a gestionar las emociones, a trabajar en grupo de manera
cooperativa, a potenciar la innovación disruptiva. Que sea consciente de que
educamos a nativos digitales y preparare a nuestros alumnos para profesiones
que aún no conocemos.
- Un
sistema educativo que no reprima los talentos y habilidades de muchos
estudiantes; y está matando la motivación por aprender (Ken Robinson). La mayor parte de nuestros sistemas
educativos están desfasados. Son anacrónicos. Se crearon en el pasado, en una
época distinta, para responder a retos diferentes. Con el tiempo, se han vuelto
cada vez más limitados (Ken Robinson).
Compañeros docentes, nos toca seguir en
la brecha, la actualización constante, seguir creyendo en nuestra vocación y
sobretodo, creyendo en los alumnos. Apresurémonos en darnos cuenta del inmenso
escalón generacional que nos separa de ellos, y pongámosle remedio. “Mientras
que los niños de hoy hacen los deberes con ayuda de internet y crecen
sumergidos en las redes sociales, los adultos y profesores siguen
aplicando una educación anquilosada,
basada en formas de vida de hace dos siglos, sometida a la presión de los resultados académicos y a las agendas
políticas”(Redes 13.12.2010). “El
papel de los maestros es preparar a los alumnos para el futuro, para que
descubran su talento, y hacerlo con entusiasmo… Si seguimos educando a nuestros hijos como nos educaron a nosotros nunca
van a encontrar la solución a los problemas globales… que la educación se convierta en un vehículo de capacitación y
no un vehículo de opresión… La educación debe centrarse en la calidad
del itinerario no en la obtención de resultados"(Richard Gerver).
Ángel García Marrero
2011
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